
....
Por sobre mis ojos
y debajo de los párpados
las imágenes de esa noche
se desvelan
por juguetear en mi memoria
atravesándome
los miedos de conciencia.
La habitación parecía
un conjunto
de emociones dormidas
que prontas
despertarían a lo largo de esa noche
que si pudiese
la borraría de mis presencias y mis tiempos;
mareados y envueltos
en un aroma que secretaban esas hormonas
que se entremezclaban
a manera de infinita conexión,
más prolongado
fue nuestro parpadear
cuando ya estábamos mostrando
nuestra desnudez
sin ningún pudor ni reparo
que nos pudiese recorrer,
igual de corta
fue la sensación de un temblor
corriendo
en toda nuestra anatomía
a manera de placer;
la noche nos miraba tentadora,
nosotros cual animales
nos movimos al compás
de nuestros latidos y exhalares,
gemidos, suspiros y mucho más,
sin embargo, ¡tan corto fue el placer!
Hoy,
postrado en este lecho
que actúa como un anticipo
de lo que va a ser mi tumba
adelantada a su función,
veo las llagas rojas
algunas ya cicatrizadas,
veo mis manos
como nervios encadenados
a mi cercana muerte,
siento mi cuerpo más frío
que esa noche que tanto odio.
Hoy,
doy mis últimos respiros,
tengo trise la existencia
y juguetona la agonía
Hoy,
me estoy muriendo,
mis pasos se me alejan.
Hoy,
tengo SIDA…
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario