
...un escrito que vuela con aroma a resignación...
¡Cuánto!
Si la brisa es más liviana cuando surge su perfume.
Descubro el jardín donde duerme su mirada,
inquieta se pone a murmurar.
De rayo que parte arrollador
del cielo que se aleja mientras duerme,
postrimería,
en ocasiones por morir
y en otras por amar.
Mientras el mundo gira muy tranquilo
en su ya tedioso eje,
realiza una danza
alrededor del sol como para cortejarlo,
la Tierra está enamorada
de ese aún lejano puño de helio,
quiere seducirlo.
¡Cuánto!
Si el cielo duerme igual de tranquilo en su mirada.
La matemática
de qué le sirve al hombre
si existe ella,
es mejor estudiarla
a través de los sentidos que renacen
cuando realiza su paso soñador.
¡Cuánto!
Si es más fuerte mi agonía cuando se evapora entre el silencio.
La Tierra sigue danzando,
mas aún no logra enamorarlo…
mientras dure su movimiento
como agujas del reloj al compás de mis latidos,
mientras ocurra todo esto… la pensaré,
mas no me pidas que la sueñe
ni que la inmortalice en cada movimiento de mis dedos,
no me pidas que vuelva a quererla… no lo haré.
¡Cuánto!
Si escribiré hasta olvidarla.
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