...para cuando ese fuego crecía en mis espacios lentamente...
La fuerza
que de la luna se desprende
ha logrado ser capaz
de vencer al sol.
La oscuridad
trae consigo trémulo fulgor,
sombra juguetona
que en pos de callarme
espera sorda
un mundo superior.
Juego sin final,
triángulo
de seis lados,
que en cuyas seis esquinas
duermen formas de secretos,
duermen trizas
que de la nada
se funden en amor.
Vacío,
el tiempo se halla sin forma,
ya no puedo callar,
mi lengua
actúa protegiendo
mi orgullo y dignidad.
Esfuerzos de afonía,
impulsos de cantar,
esperanzas combinadas con recuerdos,
detenerme es mi deber,
pero ser feliz … es mi derecho.
¡He nacido para amar!
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