...para un fuego que proyecta una sombra de líneas femeninas...
Luz
que embriaga al cerebro
de fiel estupor,
pilar que al vacío
echase a andar,
estruendo de rayo
que al guardar silencio
turbia energía
empieza a llorar.
Del templo que oprime
carnes y aires,
irrumpen calientes
las lenguas de fuego
que al tiempo socorren
por verla crecer.
Infernia es su nombre,
que duerman
los demonios,
que nazcan
primaveras,
el tiempo y el espacio
son sólo para ella.
Ella no es humana,
ella es inmortal,
fuego
que vivo y unido
a la materia
empieza a arder.
Ella,
que despierta mis sentidos
es sangre
de mi máquina,
ruido en mis latidos,
discordia en mis motivos,
estruendo en mis suspiros,
cosquilleo en mis gemidos
y sonrisa en mi alegría.
.
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